Psicópatas que siempre saludaban y series de animación de los 90

 Buenas tardes-noches a todos.

Ha sido una semana devastadora para los amantes de los animales. La difusión en redes sobre lo ocurrido con Duna ha dado pie a una gran movilización, y esto me ha generado sentimientos encontrados. Por un lado, me ha alegrado mucho ver a tanta gente unida ante una causa así, ya que esto es algo que hace diez años era impensable. Parece que la sociedad se está sensibilizando ante la tortura animal, y eso es algo que me hace sentir agradecida de poder contemplar. 

Por otro lado, hay algo que no me termina de convencer en los vídeos que han sido difundidos estos días, en los que podemos ver, entre otras cosas, cómo le rompen la furgoneta al responsable de la muerte de la perrita. Y es que, sinceramente (y siento mucho tener que ir en contra de alguien que defiende una causa justa), tanto no te importarán los perros si vas por ahí poniendo petardos. Por mucho que el fin de estos sea reventar las ruedas de un cínico que ahorcó a un ser inocente a sangre fría. Los que tengáis perro y estéis leyendo esto, sabréis bien de lo que hablo.

Pero no voy a entrar más en materia, entre otras cosas porque paso de líos y porque conocía a Luis desde hacía años. A ver, no éramos íntimos, pero tuvimos un amigo en común durante años y siempre me pareció una monada de chaval, y no entiendo cómo se le ha podido ir tanto la olla. Total, que empezaba a sentirme como la típica vecina que sale en el telediario diciendo que el asesino parecía una persona muy normal y que siempre saludaba, y paso.

En vez de eso voy a escribir sobre qué series de dibujos animados tengo intención de ponerle a mi hijo cuando empiece a tener la habilidad de pedir cosas en la tele. Ni Patrulla Cansina, ni leches. Aquí se van a ver dibus de los buenos, de los que ahora, a nuestros 30 años, hacen que se nos ponga la piel de gallina al escuchar la intro. Allá van:

- Pepper Ann: Va de una adolescente que vive con su madre y su hermana. Ofrecer un modelo de familia en el que la madre está separada o directamente en el que nunca ha habido padre es, francamente, algo que no se estilaba. Brutal.

- Inspector Gadget: Es un señor que resuelve diferentes casos con la ayuda de su sobrina Sophie y del perro de esta (Sultán). Lo mejor de estos dibujos son los cachibaches que se inventa; "Adelante,  gadgetobrazo", "Adelante, gadgetocóptero"... un cachondo el tío. Además, el malo siempre está de espaldas y tiene un gato en el regazo. No hay absolutamente nada que esté mal en esta serie.

- La pajarería de Transilvania: Muy top. Pero cuando digo muy top, es que estoy hablando de un nivel superior. ¿Cómo os explico que se trata de un castillo cuyo dueño es un fantasma que habita en el esqueleto de un perro con un lazo rosa al cuello? Yo escucho la intro de esta serie y solo necesito un bocadillo de chocolate para ser feliz. 

- Los Rugrats (Aventuras en pañales): Son unos bebés que tienen aventuras trepidantes escapándose del parquecito donde sus padres los han encerrado para que jueguen a salvo mientras los adultos cotorrean de sus cosas a su bola. A través de la mirada de estos niños puedes ver cómo una sábana mal puesta encima de un palo se convierte en una majestuosa carpa de circo, por ejemplo. También se tratan temas como la amistad, la inseguridad (Chuckie), la tiranía (Angélica), etc. Entre los adultos se puede apreciar cierta diversidad de ideales, aunque sean conversaciones que aparecen en segundo plano. Recuerdo que me regalaron la película para reyes y fue uno de los regalos que más ilusión me ha hecho nunca. 

- La banda del patio: Y, cómo no, lo mejor para el final. Trata de una cuadrilla de chavales que viven miles de aventuras en la media hora que dura el recreo del colegio. Aunque obedece a ciertos clichés, tenemos a un niño enclenque, hijo de militar, a quien le aterra decepcionar a su padre. También tenemos a la maravillosa Spinelli, sobre la cual hace tiempo se levantó la teoría de que era un chico trans. Es cierto que en alguna ocasión se le oye decir cosas del estilo "Como vuelvas a llamarme chica, te mato", y que, si nos empeñamos en buscarle tres pies al gato, podemos llegar a la conclusión de que todos los días al salir de su casa se pone una chupa de cuero encima del vestido que probablemente sus padres le obliguen a llevar, además de un gorro que podría servir para disimular las dos coletitas. En cualquier caso, es un personaje sublime y esta serie en general nos ofrece un reflejo de los diferentes grupos sociales que podríamos encontrarnos en nuestro día a día. 

Y sé que me quedo corta, pero he tenido que seleccionar aquellas que han sido más relevantes en mi infancia. Me encantaría que me hicierais llegar las series infantiles que os despierten esa nostalgia que siento yo al escuchar las intros de todas estas que os he mencionado.

¡Un abrazo muy grande y feliz puente!










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